Me asusta pensar en los sueños... no, no, cierto es, ahora no puedo. Desde que siento que me hago viejo, la ilusión comete el gran error y vuelve la vista siempre para atrás. Y sin saber por qué, desde hace unos años, la caída ha sido lenta, pero continua... hasta llegar aquí.
Fui el chico definido entre la ternura y los más locos sueños... sí, así latía en mi la vida. Y así lo reflejó siempre mi mirada, lo que dicen ser, puerta hacía al Alma... Y me quema, me arde ver en el espejo, la cruda realidad. La verdad que no admite discusión, la certeza que no deja un lugar para la duda... mis ojos delatan la desilusión, la tristeza y todo eso que estos últimos años, han dejado dentro.
Si resulta que por lo menos, unas palabras de mi quedan aquí. Aunque sea escondido, para así plasmar perfectamente, lo que estoy haciendo conmigo y mi vida. Si resulta que por lo menos, lanzo fuera lo que aún queda. Si resulta que aún le hago una oferta al destino, aunque sea aquí, aunque sea así de utópico. Si resulta que ahora no puedo hacer nada más, procurando no desaparecer totalmente.
Fui el chico definido entre la ternura y los más locos sueños... sí, así latía en mi la vida. Y así lo reflejó siempre mi mirada, lo que dicen ser, puerta hacía al Alma... Y me quema, me arde ver en el espejo, la cruda realidad. La verdad que no admite discusión, la certeza que no deja un lugar para la duda... mis ojos delatan la desilusión, la tristeza y todo eso que estos últimos años, han dejado dentro.
Si resulta que por lo menos, unas palabras de mi quedan aquí. Aunque sea escondido, para así plasmar perfectamente, lo que estoy haciendo conmigo y mi vida. Si resulta que por lo menos, lanzo fuera lo que aún queda. Si resulta que aún le hago una oferta al destino, aunque sea aquí, aunque sea así de utópico. Si resulta que ahora no puedo hacer nada más, procurando no desaparecer totalmente.
1 comentario:
Hola Misterio:
Que no te decepcione el rechazo que hace el mundo de lo bello en tí. Sigue adelante y ramifica hacia donde se abra espacio para las perlas que esconde tu alma.
Todos tenemos huellas/cicatrices. Puedes elegir qué hacer con ellas: aprender y subir o adorarlas como pequeñas figuritas de cristal que repiten el dolor cada vez que las miras. Pero, Misterio, no muchos tienen valor para admitir (y escribir!) sobre el gran golpe a tu confianza innata que es la vida en Este Lado. Elegiste no seguir adormecido por el "trailer" del consumo y felicidad artificial que nos bombardea todos los días. Te cuestionas y lo expresas con acierto. De verdad, espero con interés poder seguir tu avance en este camino.
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